Tévar Alfonso E, Otazo Pérez S, Betancor García T, de León Gil JA, Plasencia García I, Merino Alonso J.
Hospital Universitario N. S. de Candelaria. Santa Cruz de Tenerife. España.
OBJETIVOS: Introducción: En 2013, aprovechando la implantación de la Prescripción Electrónica Asistida en el 100 % de las camas de hospitalización, se procedió a informatizar el protocolo de antibióticos de Uso restringido. Describir el proceso de informatización de un protocolo de antibióticos de uso restringido mediante un formulario web y el aplicativo de Prescripción Electrónica de SELENE (PEA).
MATERIAL Y MÉTODOS: En el año 2013 se aprobó el nuevo protocolo de antibióticos de uso restringido actualizando las indicaciones a la práctica clínica habitual. En el protocolo se incluyeron el ertapenem, linezolid, daptomicina y tigeciclina. En colaboración con el Servicio de Tecnologías de la Información se creó un formulario web al que se accede a través de la Intranet, dentro del área de peticiones del paciente. Se creó una ficha genérica por cada antibiótico de uso restringido en el programa de PEA que contiene el nombre del principio activo + la frase “PENDIENTE DE PROTOCOLO”. Se quitó el acceso a la prescripción por parte del médico de todos los antibióticos de uso restringido en la PEA. Se crearon protocolos para cada antibiótico (dentro del área de Farmacia). De esta forma, sólo los farmacéuticos pueden incluir el antibiótico en el perfil farmacoterapéutico del paciente, una vez se ha comprobado que cumple las indicaciones del protocolo.
RESULTADOS: Durante 2013 se realizaron 500 solicitudes de antibióticos de uso restringido de los cuales 22% fueron para ertapenem, 37.2% para linezolid, 35.2% para daptomicina y 5.6% para tigeciclina. Se aprobó el uso del 96,32% de las solicitudes. En 18 ocasiones se denegó el inicio del tratamiento al haber otro antibiótico de primera linea disponible y que no había sido usado. La mitad de las solicitudes denegadas correspondían a daptomicina. El 100 % de los inicios de los tratamientos fueron validados por un farmacéutic antes de la primera dispensación. En comparación con 2012, se consiguió reducir el gasto de tigeciclina, ertapenem y linozolid en 14.254€, 13.131€ y 5.929€ respectivamente. El consumo de daptomicina experimentó un aumento de 1.461€. El gasto total en estos antibióticos de uso restringido se redujo en 31.843.70 euros.
CONCLUSIONES: El protocolo de antibióticos de uso restringido ha permitido optimizar el uso de estos fármacos en nuestro hospital. La informatización del protocolo en formato web facilita el acceso al mismo por parte de los clínicos. Esto ha contribuido a la alta tasa de adecuación resgistrada. El no permitir la prescripción directa de los antibióticos supone un filtro adicional a la hora de validar este tipo de tratamientos.
Farm Hosp. 2014;Supl. 1:9-420
Hospital Universitario N. S. de Candelaria. Santa Cruz de Tenerife. España.
OBJETIVOS: Introducción: En 2013, aprovechando la implantación de la Prescripción Electrónica Asistida en el 100 % de las camas de hospitalización, se procedió a informatizar el protocolo de antibióticos de Uso restringido. Describir el proceso de informatización de un protocolo de antibióticos de uso restringido mediante un formulario web y el aplicativo de Prescripción Electrónica de SELENE (PEA).
MATERIAL Y MÉTODOS: En el año 2013 se aprobó el nuevo protocolo de antibióticos de uso restringido actualizando las indicaciones a la práctica clínica habitual. En el protocolo se incluyeron el ertapenem, linezolid, daptomicina y tigeciclina. En colaboración con el Servicio de Tecnologías de la Información se creó un formulario web al que se accede a través de la Intranet, dentro del área de peticiones del paciente. Se creó una ficha genérica por cada antibiótico de uso restringido en el programa de PEA que contiene el nombre del principio activo + la frase “PENDIENTE DE PROTOCOLO”. Se quitó el acceso a la prescripción por parte del médico de todos los antibióticos de uso restringido en la PEA. Se crearon protocolos para cada antibiótico (dentro del área de Farmacia). De esta forma, sólo los farmacéuticos pueden incluir el antibiótico en el perfil farmacoterapéutico del paciente, una vez se ha comprobado que cumple las indicaciones del protocolo.
RESULTADOS: Durante 2013 se realizaron 500 solicitudes de antibióticos de uso restringido de los cuales 22% fueron para ertapenem, 37.2% para linezolid, 35.2% para daptomicina y 5.6% para tigeciclina. Se aprobó el uso del 96,32% de las solicitudes. En 18 ocasiones se denegó el inicio del tratamiento al haber otro antibiótico de primera linea disponible y que no había sido usado. La mitad de las solicitudes denegadas correspondían a daptomicina. El 100 % de los inicios de los tratamientos fueron validados por un farmacéutic antes de la primera dispensación. En comparación con 2012, se consiguió reducir el gasto de tigeciclina, ertapenem y linozolid en 14.254€, 13.131€ y 5.929€ respectivamente. El consumo de daptomicina experimentó un aumento de 1.461€. El gasto total en estos antibióticos de uso restringido se redujo en 31.843.70 euros.
CONCLUSIONES: El protocolo de antibióticos de uso restringido ha permitido optimizar el uso de estos fármacos en nuestro hospital. La informatización del protocolo en formato web facilita el acceso al mismo por parte de los clínicos. Esto ha contribuido a la alta tasa de adecuación resgistrada. El no permitir la prescripción directa de los antibióticos supone un filtro adicional a la hora de validar este tipo de tratamientos.
Farm Hosp. 2014;Supl. 1:9-420