Los
betabloqueantes vía tópica están siendo relativamente eficaces en el
tratamiento de hemangiomas de pequeño tamaño de tipo superficial en el
recién nacido. Empleados tópicamente se evitan los efectos sistémicos
adversos de la vía oral (hipotensión severa, bradicardia, insuficiencia
cardiaca congestiva, trastornos digestivos, disnea, cefaleas, mareos
fatiga, alteraciones del sueño, cuadros de asma). No obstante conviene
hacer un control durante el tratamiento vía tópica por si se presentaran
algunos de estos síntomas por absorción transdérmica, lo cual es poco
probable. Se consideran tres teorías en cuanto a su mecanismo de acción:
- Acción vasoconstrictora evidente por el cambio de coloración progresiva del hemangioma.
- Regulación de las vías implicadas en la expresión de genes angiogénicos.
- Producción de una apoptosis de las células endoteliales.
En un
principio por vía tópica se emplearon colirios comerciales de timolol
maleato. Actualmente se recurre a la formulación de emulsiones con este
betabloqueante que permiten una total libertad de dosificación del
activo por parte del médico prescriptor, y una mejor vehiculización y
difusión dérmica. La concentración más habitual es al 0,5 % y la base
más empleada es la de Beeler, aunque en zonas sensibles sea más
recomendable emplear bases no iónicas por ser potencialmente menos
irritantes. Un ejemplo de prescripción:
La
elaboración de la fórmula es sencilla: una vez elaborada la base de
Beeler y a temperatura ambiente, se añade el timolol maleato disuelto
previamente en un 10 % de agua purificada. La fórmula final desarrollada
para los 50 g prescritos sería la siguiente:
La composición de la base de Beeler según el Formulario Nacional sería la siguiente:
El
tratamiento suele durar al menos 3 meses a razón de 2 aplicaciones al
día (cada 12 horas), administrando la crema en capa fina y dando un
suave masaje hasta la completa difusión. Generalmente el dermatólogo
suele hacer control cada mes.